NO ABANDONES TU PRIMER AMOR

En apocalipsis encontramos 7 cartas a las iglesias que habían en el momento, veremos entonces durante los siguientes días una por una, lo importante es que puedas ver que aún cada carta se aplica a nuestra época y no solo a eso sino a nuestra vida:

A la Iglesia de Éfeso: “Conozco tus obras, tu duro trabajo y tu perseverancia. Sé que no puedes soportar a los malvados, y que has puesto a prueba a los que dicen ser apóstoles, pero no lo son; y has descubierto que son falsos. Has perseverado y sufrido por mi nombre, sin desanimarte. Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor. ¡Recuerda de dónde has caído! Arrepiéntete y vuelve a practicar las obras que hacías al principio. Si no te arrepientes, iré y quitaré de su lugar tu candelabro. Pero tienes a tu favor que aborreces las prácticas de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco. El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que salga vencedor le daré derecho a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios.” Apocalipsis 2:2-7

Me encanta que el Señor en algo tan sencillo nos enseña incluso cómo llamar la atención en amor y respeto pero con firmeza. Inicia alentando a su iglesia con todo lo bueno que está haciendo pero no por eso deja de decir lo que está mal, con el fin de poder corregirlo, así debemos hacer en nuestras relaciones, hijos, empleados, jefes, padres, amigos, etc.

Aquí vemos una iglesia que se esfuerza, es perseverante inclusive no toleró los falsos profetas, no se desanimó con las adversidades pero cuando vemos más profundamente quizás se acostumbraron a hacerlo y se olvidaron del inmenso regalo de salvación que se les había dado, se les olvidó que si no fuera por Jesús estarían perdidos, se les olvidó esa pasión que solo proviene de descubrir que solo por Él fuimos rescatados de estar perdidos para siempre, a eso se refiere con el primer amor, ese que te mueve, que te desvela con una sonrisa, que te lleva a anhelar ver más personas llegando a sus pies por amor a Él. Ellos estaban haciendo obras quizás por religiosidad, por costumbre e incluso muchos las hacían por temor pensando en el juicio. Pero Dios conoce el corazón y sabía que su motivación estaba siendo desviada, su apariencia externa era casi envidiable pero vio que era el típico amor que jura dar la vida por ti pero sus actos lo desmienten. No había un amor genuino por el Señor.

Luego hace una recomendación a arrepentirse de ese enfriamiento en su corazón y poder avivar ese fuego que hace que tu motivación al trabajar para el Señor donde sea que estés sea realmente el amor y la pasión por Él.

Si no se arrepentían tendrían una consecuencia: Quitar su candelabro pero ¿qué significaba eso?: Juan en su visión vio 7 candelabros que significaban una iglesia cada uno, eran de oro y Jesús se paseaba en medio de ellos lo que significa cuán valiosos somos para Él además de ver claramente que Dios no está allá afuera sino en medio de cada una de las iglesias y en medio de tu vida, observando su actuar, no importa qué tan bien maquillemos todo, si la alabanza suena hermoso, si la estructura es bellísima, si todos estamos bien vestidos u oramos casi como ángeles, el Señor va más allá a lo profundo del corazón y ahí no hay escondite que valga, quizás a los hombres se puedan engañar pero a Dios no. Si la iglesia de Efeso fallaba en volver a encender el amor al Señor, estaba en peligro de desaparecer. Tristemente, la iglesia de Efeso no recibió la recomendación del Señor. Esto lo sabemos, porque muy pronto dejó de existir. Jesucristo había retirado el candelero de su lugar.

Finalmente hace una promesa de recompensa a los que se arrepintieran: “Al que salga vencedor le daré derecho a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios” V.7 Aquí ya lo hace personal no general, al que salga vencedor, pero de ¿qué? El que a pesar de haber caído en la comodidad, o la costumbre, venciera esa tentación y volviera a su primer amor. Es ese regalo de salvación genuinamente recibido y cuidado con esmero. Esa promesa es sencillamente la confirmación de una vida eterna a su lado.

Así que no conozco tu vida y mucho menos tu corazón, pero Dios sí y el único que sabe si esa carta a Éfeso es también para ti, eres tú. Medítala y si las correcciones que Jesús está pidiendo no aplican a tu vida, me gozo contigo de corazón pero si requieres volver a ese primer amor o ni siquiera haz tenido ese momento, te invito a que te arrepientas y enciendas ese fuego que mantendrá tu candelero en su lugar.

Dios te bendiga en el nombre de Jesús.