A ÉL TODA LA GLORIA
- mariaisalon
- 29 nov 2017
- 3 Min. de lectura

El final de la carta de Judas es una exaltación a la grandeza del Señor y en mi opinión nos da una confianza única en Quién creemos:
“¡Al único Dios, nuestro Salvador, que puede guardarlos para que no caigan, y establecerlos sin tacha y con gran alegría ante su gloriosa presencia, sea la gloria, la majestad, el dominio y la autoridad, por medio de Jesucristo nuestro Señor, antes de todos los siglos, ahora y para siempre! Amén.” Judas 1:24-25
Sí solo Dios, no nuestras fuerzas, ni nuestro conocimiento, ni el amigo rico, ni la universidad o colegio donde estudiamos, ni el apellido, ni las influencias, lo único que puede mantenernos firmes hasta el final es Dios mismo.
Estamos en un camino como Jesús mismo lo dijo: “En el mundo tendréis aflicción pero confiad Yo he vencido al mundo.” Vamos a pasar por mucho a través de nuestra vida y es una decisión personal en qué, quién y cómo vamos a creer, eso de no creer en nada es una falacia, tu fe puede estar puesta en ti mismo, cosas, personas o en Dios, pero el mismo acto de levantarte cada mañana y hacer los planes del día es ya tener fe en que nada va a suceder, a diferencia de cuando los pones por sencillos que sean en manos del Señor, si no suceden como deseabas sabes Quien tiene el control y que todo será para bien. Veamos cómo nos guarda el Señor
Nos guarda de peligros: “Vivamos bajo el cuidado del Dios altísimo; pasemos la noche bajo la protección del Dios todopoderoso. Él es nuestro refugio, el Dios que nos da fuerzas, ¡el Dios en quien confiamos!
Sólo él puede librarnos de los peligros ocultos y de enfermedades mortales; sólo bajo su protección podemos vivir tranquilos, pues nunca deja de cuidarnos. Ni de día ni de noche tendremos que preocuparnos de estar en peligro de muerte.” Salmos 91:1-5
Nos guarda de nuestras necedades: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.” 2 Timoteo 3:16
Nos guarda del enemigo: “Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo.” Efesios 6:11
Nos guarda del temor: “Así que podemos decir con toda confianza: «El Señor es quien me ayuda; no temeré. ¿Qué me puede hacer un simple mortal?» Hebreos 13:6
Nos guarda de los enemigos: “No prevalecerá ninguna arma que se forje contra ti; toda lengua que te acuse será refutada. Ésta es la herencia de los siervos del Señor, la justicia que de mí procede—afirma el Señor —. “ Isaías 54:17
Como siempre hay montones de citas que podría escribir acerca de cómo nos guarda el Señor para que podamos mantenernos firmes hasta el final y poder disfrutar de su grandeza por toda la eternidad, la única manera es teniendo una relación con Él y obedeciéndole, muchas veces pasamos por dificultades porque las buscamos pues preferimos hacer lo que nos plació y no su voluntad, pero como siempre podemos arrepentirnos y volver a sus amorosos brazos, es muy diferente a convertir la gracia en lujuria, ya que en esta última sabemos su voluntad y deliberadamente creemos que podemos hacer lo que queramos y nada pasará, es como coger un regalo delicado y tirarlo a un cubo de basura desde una gran altura y pretender que va a salir, intacto además de limpio, seguro se va a dañar y no por que el que te lo regaló te lo haya entregado en mal estado sino porque sencillamente rechazaste su valor… no, es diferente cuando tenemos una relación con Dios y se presenta una lucha en la que tomamos decisiones poco sabias y finalmente nos damos cuenta que la embarramos, humildemente vamos al Señor y pedimos perdón para ser restaurados. En una hay humildad y en otra somos conchudos, el final es diferente en cada caso porque Dios es absolutamente Justo.
Finalmente después de saber y entender cómo te guarda Dios con el único fin de tenerte a su lado eternamente por amor, solo puede salir de tu corazón una verdadera adoración a Él, es por eso la exaltación tan hermosa que hace Judas en esta carta y no solo son canciones como expresas esa adoración sino con tu vida misma, que ella sea el reflejo de tu agradecimiento a ese regalo inmerecido de salvación, reconociendo la grandeza de su Majestad y Gloria. Cuida ese regalo como un tesoro, exponlo públicamente con tu vida y adora al único Dios Verdadero!!!
Feliz y bendecido día en el nombre de Jesús.
Comments