Apartándose de los Ídolos

El apóstol Juan en su primera carta habla del amor de Dios y cómo debe manifestarse si somos realmente hijos de Dios, nos pone alerta ante los peligros del enemigo, también nos habla de cómo tener una relación genuina con el Señor pero me sorprende que termina con un pequeño versículo no menos importante:

“Queridos hijos, apártense de los ídolos.” 1 Juan 5:21

Lo hizo por una razón, los cristianos estaban en un medio lleno de ídolos donde era común, estaban con naciones politeístas a diferencia de ellos que solo creían en un solo Dios, sin embargo dentro de los 10 mandamientos el segundo se refiere a lo mismo:

“No te hagas ningún ídolo, ni nada que guarde semejanza con lo que hay arriba en el cielo, ni con lo que hay abajo en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te inclines delante de ellos ni los adores. Yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso. Cuando los padres son malvados y me odian, yo castigo a sus hijos hasta la tercera y cuarta generación. Por el contrario, cuando me aman y cumplen mis mandamientos, les muestro mi amor por mil generaciones.” Exodo 20:4-6

El rey David en sus Salmos se refiere a los ídolos más específicamente:

“Los ídolos de los paganos son de oro y plata, producto de manos humanas. Tienen boca, pero no pueden hablar; ojos, pero no pueden ver; tienen oídos, pero no pueden oír; ¡Ni siquiera hay aliento en su boca! Semejantes a ellos son sus hacedores y todos los que confían en ellos.” Salmos 135:15-18

Bueno pero necesitamos saber qué es un ídolo: Un ídolo es una imagen de culto que es adorado por la deidad, demonio o espíritu que contiene o representa. Persona o cosa por la que se siente un amor o admiración excesivos.

Realmente un ídolo bajo este contexto el segundo mandamiento se refiere a cualquier persona o cosa que se ponga por encima de Dios, que sea tu prioridad y entonces nos lleva a profundizar mucho más allá de una simple imagen que quizás no tengas en casa por convicción y te sientas superior a otros por ello, te aconsejo que en humildad de corazón vayas al Señor y le pidas que te muestre si hay algo que sea tu ídolo y tengas que quitarlo del trono para que el Padre pueda tomar su asiento y verdadero lugar en tu corazón. En mi caso personal lo digo realmente arrepentida, fue una amiga quien me confrontó en amor con esa verdad y mi ídolo era yo misma, tuve que ir ante el Señor pedir perdón y darle su lugar. Tu caso puede ser diferente, el dinero te ha absorbido tanto que es tu centro (lo tengas o no) que se te ha olvidado tu relación con el Señor o lo has pasado a segundo plano, el esposo, los hijos, los padres, amigos, pertenencias… lo que sea que signifique el centro de tu vida diferente a Dios, sencillamente es un ídolo.

Hay 13 versículos en la Biblia donde habla que Dios es celoso, veamos éste donde los judíos se alejaron y adoptaron otros dioses: “Le provocaron a celos con dioses extraños, con abominaciones le provocaron a ira.” Deuteronomio 32:16

Así que si eres de los que dice que todos los dioses son lo mismo puedes ver a través de la historia que hay una gran diferencia entre Dios y otros dioses.

Jesús también habló del corazón y cómo afecta donde tienes tu afecto: “Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas.” Mateo 6:24

El servir significa que te has vuelto siervo o esclavo ya sea de Dios o las riquezas… tú decides de quién serlo pero no se puede de ambos. No significa que el dinero sea malo, aquí se refiere a donde tienes el corazón.

Finalmente ya teniendo varios argumentos de por qué no debemos tener ídolos y si los tenemos debemos apartarnos de ellos, podemos ir a la presencia del Señor a través de Jesús pedirle su dirección ya que quizás no sepamos qué está impidiendo una relación genuina con El, reconocer y pedirle perdón por ello, es tan grande y misericordioso que sabrá perdonarnos, lavarnos y podremos tener una relación genuina donde nada estorbe ni nos separe del Señor.

Dios te bendiga en el nombre del Señor.