El Odio es Equivalente a Asesinar
- mariaisalon
- 15 nov 2017
- 3 Min. de lectura

A veces vemos el odio como algo natural, incluso lo decimos tan fácilmente, odio esto o aquello o a esa persona, como si no tuviera ninguna repercusión, sin embargo veamos que sí la tiene:
“Este es el mensaje que han oído desde el principio: que nos amemos los unos a los otros. No seamos como Caín que, por ser del maligno, asesinó a su hermano. ¿Y por qué lo hizo? Porque sus propias obras eran malas, y las de su hermano justas. Hermanos, no se extrañen si el mundo los odia. Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte. Todo el que odia a su hermano es un asesino, y ustedes saben que en ningún asesino permanece la vida eterna.” 1 Juan 3:11-18
Este pasaje lleva el odio a un nuevo nivel haciéndonos reflexionar sobre la vida de Caín, al envidiar el corazón de su hermano dejó que aflorara el odio en su corazón y este odio generó el asesinato, logrando su destierro del paraíso para siempre. Saúl fue otro ejemplo de alguien manejado por el odio cuando después de honrar a David al matar a Goliat, ve que el pueblo lo ama más que a él y empieza una cacería absurda por matarlo sin que David hubiera hecho otra cosa que darle victorias a su reino, en este caso David no muere pero Saúl pierde el respaldo de Dios y muere en la guerra.
Todo lo anterior corrobora la siguiente cita:
“Que nadie, al ser tentado, diga: «Es Dios quien me tienta». Porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni tampoco tienta él a nadie. Todo lo contrario, cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen. Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte.” Santiago 1:13-15
Como podemos ver el odio realmente es un pecado, independiente de que lleguemos al acto real de asesinar, para Dios es lo mismo ya que Él es Amor y nuestro deber como sus hijos es amar al prójimo. Es cierto que no es fácil amar a los enemigos, es ahí donde nuestro amor por Dios es probado, no significa tampoco que tenemos que ser hipócritas y pintar corazoncitos por todas partes, significa que tenemos que ir ante el Señor exponer nuestra causa, decirle lo que sucede en nuestro corazón y pedirle que nos dé de su amor por la persona que está generando ese sentimiento que a Dios no le agrada, te aseguro que no es instantáneo, pasará el tiempo y Él respaldará tu obediencia, quizás tengas que ir arrepentido una vez más a pedirle ayuda con tu corazón, pero nunca obtendrás un no por respuesta ya que “un corazón contrito y humillado no desprecia el Señor” Salmo 51:17b
Las órdenes del cielo son tan diferentes a lo que el mundo nos incita a hacer!!! Veamos al Señor cuando nos dice: “Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen” Mateo 5: 44 y vemos una ordenanza más “No tomen venganza, hermanos míos, sino dejen el castigo en las manos de Dios, porque está escrito: «Mía es la venganza; yo pagaré», dice el Señor. Antes bien, «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Actuando así, harás que se avergüence de su conducta». No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien.” Romanos 12:19-21
Solo guarda tu corazón por dura que sea la batalla que estés librando, no permitas que el odio te separe de Dios eternamente. Entrégale tu causa al Señor, el será justo en resolverla pero tú guarda tu corazón porque de él mana la vida. Jesús entregó su vida por amor, incluso por muchos que hoy en día le odian o no lo reconocen, pero mientras tengan vida tendrán la oportunidad de arrepentirse, reconocerle y ser salvos.
Dios te bendiga en el nombre de Jesús y te colme de ese amor por tu prójimo que solo Él puede dar.
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