¿Cómo Sabemos que Hemos Llegado a Conocer a Dios?
- mariaisalon
- 9 nov 2017
- 3 Min. de lectura
¿CÓMO SABEMOS SI HEMOS LLEGADO A CONOCER A DIOS?
Podemos tener muchos conocidos, el vecino, el compañero de trabaja, decimos conocer los presidentes pero realmente conocer implica mucho más, es como cuando nos enamoramos o tenemos un hijo, anhelamos darle gusto, sabemos qué le agrada y qué no, queremos tener tiempo con ellos y no se nos quitan de la mente, igualmente sucede cuando empezamos a conocer realmente al Dios vivo y hay una forma de comprobar si realmente le conocemos o somos como Job antes de la prueba que decimos de oídas te había oído…simplemente es un Dios lejano al que no sabemos siquiera qué le agrada y qué no:
“Mis queridos hijos, les escribo estas cosas para que no pequen. Pero, si alguno peca, tenemos ante el Padre a un intercesor, a Jesucristo, el Justo. Él es el sacrificio por el perdón de nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino por los de todo el mundo. ¿Cómo sabemos si hemos llegado a conocer a Dios? Si obedecemos sus mandamientos. El que afirma: «Lo conozco», pero no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y no tiene la verdad. En cambio, el amor de Dios se manifiesta plenamente en la vida del que obedece su palabra. De este modo sabemos que estamos unidos a él: el que afirma que permanece en él debe vivir como él vivió.” 1 Juan 2:1-6
La obediencia es la clave, podemos decir y hacer lo que se nos antoje pero es lo único que reflejará si le conocemos realmente. Jesús también lo dijo y no solo es conocerlo es amarlo: “Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre: el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con ustedes y estará en ustedes. No los voy a dejar huérfanos; volveré a ustedes. Dentro de poco el mundo ya no me verá más, pero ustedes sí me verán. Y porque yo vivo, también ustedes vivirán. En aquel día ustedes se darán cuenta de que yo estoy en mi Padre, y ustedes en mí, y yo en ustedes. ¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él». Juan 14:15-21
¡Qué lindo!, Jesús expresa que ese amor será claramente recíproco tanto de Padre, Hijo y Espíritu Santo, además no estaremos solos, al creer en Jesús vamos a necesitar una guía para salir adelante, aparte de la Palabra de Dios, el Espíritu Santo es el encargado de acompañarnos en nuestro caminar, de mostrarnos el camino verdadero, de darnos las alertas necesarias para que no caigamos y de darnos dones para servir en su Reino y glorificar su Nombre.
Cuando todo esto sucede ya no nos llamará siervos sino amigos: “Y este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes.” Juan 15:15
Finalmente vemos que amar a Dios y conocerle implica mucho más, ese amor no se queda ahí, se expresa a nuestro prójimo, Jesús dio su vida demostrando el amor más grande jamás expresado, la cruz es prueba de ello.
Debo reconocer que una de las cosas más difíciles en mi vida ha sido la obediencia, pero poco a poco he confirmado que es la única manera de demostrar si mi amor por Él es auténtico o solo una apariencia. Y no solo eso al obedecer tengo su respaldo, puedo ver sus promesas, eso sí en su tiempo no en el mío, pero con esa fe que no conoce barreras.
Dios te bendiga en el nombre de Jesús y puedas disfrutar no solo de amarle sino de sentir ese amor indescriptible que solo El puede dar.
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