PUERTAS DE PAR EN PAR
- mariaisalon
- 2 nov 2017
- 2 Min. de lectura
Qué lindo es cuando alguien te abre las puertas de su casa o de su empresa y te da la confianza para sentirte parte de ella, o cuando tú haces lo mismo con otros, pero siempre que alguien hace eso necesita confianza, un desconocido difícilmente puede entrar con libertad, quizás pueda entrar a la sala y le darás un refrigerio pero no podrá moverse con libertad y entrar a las habitaciones o la cocina como si nada, la Palabra de hoy nos invita a tener un comportamiento diferente a los demás por una razón específica:
“Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y excelencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda. Así Dios nos ha entregado sus preciosas y magníficas promesas para que ustedes, luego de escapar de la corrupción que hay en el mundo debido a los malos deseos, lleguen a tener parte en la naturaleza divina. Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque estas cualidades, si abundan en ustedes, los harán crecer en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo, y evitarán que sean inútiles e improductivos. En cambio, el que no las tiene es tan corto de vista que ya ni ve, y se olvida de que ha sido limpiado de sus antiguos pecados. Por lo tanto, hermanos, esfuércense más todavía por asegurarse del llamado de Dios, que fue quien los eligió. Si hacen estas cosas, no caerán jamás, y se les abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.” 2 pedro 1:3-11
Como podemos ver el conocimiento del Señor hace que podamos mantenernos firmes por medio de sus promesas y la única forma de recibirlas es teniendo una relación personal con Dios, además hace que seamos útiles y productivos no solo para el Reino de Dios sino para el mundo. Fe, virtud, entendimiento, dominio propio, constancia, devoción a Dios, afecto fraternal y amor. Revísalas y medita en ellas, seguro tendrás un poco más de unas que de otras o quizás algunas faltan, la Palabra siempre nos ayuda para que podamos vernos como frente a un espejo y podamos ser cada día más como nuestro buen Dios, sabiendo que no somos El pero sí pertenecemos a Él y nuestro deber es reflejarlo con el fin que otros puedan verle y se les abran al igual que a nosotros las puertas de los cielos de par en par y por toda la eternidad, significa que no llegaremos a la sala, significa que podremos ser parte de su Reino, movernos con total libertad y confianza.
Obviamente nada de lo que hagamos sobrepasa el regalo de la salvación el cual es por gracia, es un regalo, lo que hacemos después de recibir a Jesús como Señor y salvador, es cuidar ese regalo, honrarlo y no permitir que nada lo dañe y lo destruya, de esta manera las puertas del cielo se mantendrán abiertas para los que hemos creído en El.
Dios te bendiga en el nombre de Jesús. Feliz día.

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