El por qué de las Pruebas

Las pruebas son esos momentos de dificultad que en ocasiones no entendemos por qué nos suceden, muchas veces son a causa de nuestra desobediencia, sin embargo cada cosa que sucede en nuestra vida puede tomar un giro inesperado si le hemos entregado a Jesús nuestra vida, la Palabra de hoy la asemeja al proceso del oro: “¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva y recibamos una herencia indestructible, incontaminada e inmarchitable. Tal herencia está reservada en el cielo para ustedes, a quienes el poder de Dios protege mediante la fe hasta que llegue la salvación que se ha de revelar en los últimos tiempos. Esto es para ustedes motivo de gran alegría, a pesar de que hasta ahora han tenido que sufrir diversas pruebas por un tiempo. El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele. Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto; y, aunque no lo ven ahora, creen en él y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso, pues están obteniendo la meta de su fe, que es su salvación.” 1 Pedro 1:3-9 Acrisolar: proceso de purificación del oro, la única forma de hacerlo es a través del fuego y no cualquier temperatura, implica más de 500ºC, finalmente se obtiene el hermoso oro que vemos, cuánto más al ser nosotros pasados por pruebas, podemos ver esto claramente en las personas que las atraviesan, son más fuertes, más sabias, más prudentes, obtienen mayor misericordia, casi que a medida que atravesamos el “fuego” nunca somos iguales, obviamente sí y solo sí caminamos en medio de ellas de la mano del Señor. Si decidimos hacerlo solos o alejarnos, enojarnos… los resultados no serán buenos. Por eso el apóstol Pedro nos invita a tener intacta nuestra esperanza y nuestra fe intacta, significa que debemos perseverar y estar firmes aún si no vemos nada en el horizonte, mientras alcanzamos la meta. Aquí algunas citas: Romanos 5:3-4 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza; Santiago 1:12 Bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba, porque una vez que ha sido aprobado, recibirá la corona de la vida que {el Señor} ha prometido a los que le aman. Romanos 12:12 Gozándo{os} en la esperanza, perseverando en el sufrimiento, dedicados a la oración. Las puebas también se pueden ver como una forma de disciplina y veamos que dice acerca de la disciplina: Deuteronomio 8:5 Por tanto, debes comprender en tu corazón que el SEÑOR tu Dios te estaba disciplinando así como un hombre disciplina a su hijo. Job 5:17 He aquí, cuán bienaventurado es el hombre a quien Dios reprende; no desprecies, pues, la disciplina del Todopoderoso. Proverbios 15:32 El que tiene en poco la disciplina, menosprecia su alma: Mas el que escucha la corrección, tiene entendimiento. Hebreos 12:5-8“Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del SEÑOR y no te des por vencido cuando te corrige. Pues el SEÑOR disciplina a los que ama y castiga a todo el que recibe como hijo. Al soportar esta disciplina divina, recuerden que Dios los trata como a sus propios hijos. ¿Acaso alguien oyó hablar de un hijo que nunca fue disciplinado por su padre? Si Dios no los disciplina a ustedes como lo hace con todos sus hijos, quiere decir que ustedes no son verdaderamente sus hijos, sino ilegítimos. Soy mamá y ahora entiendo perfectamente esta cita, pero no siempre fue así, cuando era hija creía que mis papás solo querían amargarme la vida, es más decía que nunca iba a ser como ellos, cuánto me faltaba entender!!! La verdadera disciplina está motivada por el amor, se hace por protección no por privación, te lleva a estructurar tu mente y tus principios, me privaron de amistades que yo creía eran chéveres (no lo eran), no me daban todos los permisos que quería, guardaban mi salida y mi entrada, yo sabía que apenas llegara a casa tendría a mi papá en la incómoda sala esperando que llegara a salvo si él mismo no me había recogido, me acompañaban a clases de pintura, ballet, scouts, en fin lo que fuera y aparte de eso nunca se perdieron una reunión de padres con la consabida disciplina que tenía que recibir por no responder a mis deberes académicos... Ahora solo puedo decirle a mis padres Gracias, porque sino hubiera sido por ellos, estaría contando una historia muy diferente. Si eso son los padres, tan humanos como cualquiera, ¡cuánto más será de bendición la disciplina del Señor! Así que mira con otros ojos las pruebas por las que estés pasando, serás purificado como el oro, finalmente una obra maestra tallada por el maestro saldrá a la luz. Dios te bendiga en el nombre de Jesús.